miércoles, 2 de febrero de 2011

De esas cosas que no entiendo....

Cada quien tiene derecho de hacer de su vida lo que quera y estudiar lo que se le de la gana! Sin embargo, ayer se apoderó de mí una sensación de ironía y de desolación que hacía tiempo no sentía. Desde noviembre me había pre inscrito en una maestría sobre Derecho de las Mujeres, Género y Acceso a la Justicia en la USAC. Y es que me pareció pertinente estudiarlo, dado que aparte de ser mujer, toda la vida he creído en la necesidad de un mundo más justo entre hombres y mujeres, ya que la discriminación hacia las mujeres es evidente en la mayoría de espacios en este país. Está comprobado que en muchos hogares, las que comen de último son las hijas y la madre, sin importar que esta se encuentre embarazada. El pedazo más grande de carne, siempre será para el papá y los niños de la casa, y serán quienes vayan a la escuela, a diferencia de sus hermanas. No es secreto que un hombre gana mejor que una mujer, aun teniendo los mismos conocimientos y habilidades, etc., etc., etc.!!!!
Si a eso le sumo la cantidad de amigas, hermanas, primas, sobrinas, etc., mi deseo era aún más grande de especializarme en ese tema y trabajar a lo largo de mi vida, con el conocimiento necesario, en contribuir para que en este país, las mujeres que nazcan, vivan y crezcan, lo hagan con la tranquilidad de poder vivir en paz, desarrollándose  sin violencia y con igualdad de oportunidades.
Justo ayer hacía la reflexión de que era horrible escuchar todos los días, en las noticias matutinas, que el cuerpo de una o varias mujeres son encontradas con múltiples señales de tortura.  Triste…., pero cierto! Y lo peor, que muchas de ellas sean asesinadas por un familiar, pareja o ex pareja. El machismo impera en todos los niveles sociales y la violencia intrafamiliar se va volviendo una costumbre.
Sé que con una maestría, yo sola, no cambiaría este país, pero sí estaba ilusionada con poder aportar algo para cambiar esta injusta y triste realidad en la que viven un gran número de mujeres, no sólo en Guatemala, sino en el mundo entero.
Grande fue mi sorpresa cuando al llegar a la Facultad de Ciencias Políticas de la USAC me agradecieran mi interés por cursar la Maestría, pero tuvieran que devolverme toda mi papelería ya que sólo 4 personas nos habíamos inscrito, -todas mujeres, obvio- por lo que no habían abierto la Maestría para este año. Me puse muy triste al pensar que, a pesar de todas las injusticias, escuetamente descritas anteriormente, a tan pocas nos interese prepararnos para trabajar en cambiar dicha realidad, nuestra realidad.
Insisto, cada quién estudia y se especializa en lo que quiera…, sencillamente a veces no entiendo a este país.