He estado triste... viviendo con miedo, desmotivada y sin mucho ánimo por todo lo que sucede a diario en Guatemala. Sin embargo, en las últimas semanas hay un común denominador que me roba sonrisas, me hace cantar y suspirar: los árboles llenos de jacarandas que se reproducen por doquier en esta época del año. Estas flores me hacen sentir cerca a personas muy importantes y amadas por mí que ya no están fisicamente, y también a aquellas que siguen acá haciéndome crecer y ser mejor persona. Me remonta a años pasados llenos de risas y aventuras que forman parte de mis mejores recuerdos.
Tengo la fortuna de que en la calle donde vivo hay un gran arbol, hermoso y poblado de juguetonas y esperanzadoras jacaradas, así que cada vez que salgo de mi colonia, reduzco la velocidad y elevo la vista justo cuando paso bajo esos cientos y cientos de pequeñas y moradas flores que, con suerte, se dejan caer y se vienen conmigo.
Tengo la fortuna de que en la calle donde vivo hay un gran arbol, hermoso y poblado de juguetonas y esperanzadoras jacaradas, así que cada vez que salgo de mi colonia, reduzco la velocidad y elevo la vista justo cuando paso bajo esos cientos y cientos de pequeñas y moradas flores que, con suerte, se dejan caer y se vienen conmigo.
1 comentario:
Salud por las Jacarandas, Gaby. Que suerte, las flores frente a tu casa.
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